Hablemos de una confusión de palabras que le cuesta a los dueños de pequeños negocios un montón de dinero: económico vs. barato.
¿Suenan parecido? Claro. Pero son completamente diferentes.
- Barato significa bajo precio y baja calidad.
- Económico significa bajo precio pero con buena calidad.
¿Esa pequeña diferencia? Puede significar la diferencia entre que todo funcione sin problemas… o un dolor de cabeza costoso más adelante.
Ilustrando el Punto con Partes de Autos
Imagine que tiene un carro viejo, todo oxidado, con 20 años encima, y quiere que aguante un año más. En ese caso, cuando la meta es simplemente sacarle un año extra, comprar la parte de repuesto más barata probablemente tiene sentido.
¿Pero si se trata del vehículo que necesita para ir a trabajar todos los días? Las partes baratas solo traen más reparaciones, más tiempo perdido y más dinero desperdiciado. Le conviene invertir unos cuantos dólares más en la pieza correcta, de calidad OEM, porque va a durar, y usted solo pagará por la pieza y la mano de obra una vez, no tres.
Con su presencia digital pasa lo mismo. No le meta partes de “ganga” a una herramienta de la que depende todos los días. Si pierde tan solo UNA venta, casi con seguridad va a desperdiciar todos esos “ahorros” y hasta más.
Por Qué Importa: Nuestro Ejemplo Más Común (y Ridículo)
¿Dónde vemos este error con más frecuencia? En el registro de dominios. No es algo llamativo. No es emocionante. Pero es fundamental. Y es donde muchos caen en la trampa de “barato” vs. “económico”.
Vemos a personas elegir un registrador de dominios que cuesta $3 menos al año. Eso son 25 centavos al mes. Menos de 1 centavo al día.
Pero aquí está el detalle: en algún momento, casi todos necesitan hacer algo más avanzado que simplemente apuntar un dominio a un sitio básico. Y cuando ese momento llega, esos registradores súper baratos no dan el ancho.
De repente, usted está:
- Pagando a alguien (a menudo a nosotros) por hora para encontrar una solución alterna, o
- Forzado a mover el dominio a un registrador decente antes de poder siquiera resolver el problema.
¿Ambas opciones? Mucho más caras que simplemente haber pagado esos 6 centavos extra al día desde el inicio.
Hemos estado ahí. Antes usábamos GoDaddy para registrar dominios. En su momento, eran muy buenos. Ahora… no tanto. Su soporte ya no es lo que era. Los intentos de venderle cosas extra no se acaban. Y ni siquiera pueden manejar redirecciones básicas HTTPS en dominios redireccionados. Eso es algo básico. Y no lo ofrecen.
Y aun así, eso es mejor que muchos otros proveedores de ultra bajo costo. ¿Los realmente baratos? A menudo no tienen funciones clave, sus interfaces son torpes, y están llenos de errores técnicos que pueden tumbar su sitio. Tuvimos un cliente en Turbify cuyo dominio estaba caído por un problema de ellos. ¿Su respuesta? “Sí, lo sabemos. No tenemos idea de cuándo lo vamos a arreglar.”
Mientras tanto, el sitio del cliente seguía fuera de línea.
Los Números No Mienten
Si se ahorra $3 al año pero tiene que pagarle a alguien solo una vez $50 para resolver un problema… ¡felicidades! Acaba de tirar a la basura 16.5 años de ahorros. Por un solo detalle.
Eso no es una ganga. Es una mala inversión.
Ahora usamos Porkbun y estamos muy contentos. También hay otros proveedores excelentes. No tenemos ninguna afiliación con ellos, simplemente compartimos lo que nos ha funcionado. El punto es este: gastar unos cuantos dólares más por un registrador confiable, con funciones completas y buen soporte, vale 100% la pena.
Otra Trampa “Barata”: Sitios Web
Otro lugar donde vemos que la gente se va por lo “barato”: la construcción de sitios web.
Lo entendemos. Una empresa local le cotiza $1,800. Alguien del extranjero se lo hace por $1,500. Se ahorra $300. Buena oferta, ¿no?
Desafortunadamente, 90% de las veces, esos $300 de ahorro se convierten en miles de dólares en problemas más adelante.
Vemos sitios constantemente que:
- Son difíciles de actualizar o personalizar
- Usan plantillas pesadas o constructores tipo arrastrar y soltar (porque el desarrollador no sabe programar)
- Se caen con frecuencia o presentan conflictos con plugins
- Cargan lento y afectan la experiencia del usuario
- No tienen estrategia de palabras clave en el contenido
- Tienen errores de ortografía y gramática
Eso significa que necesita contratar a alguien más (¡otra vez nosotros, muchas veces!) para limpiarlo, optimizarlo y básicamente reconstruir lo que pensaba que estaba comprando. Esos $300 casi nunca cubren el tiempo que necesitamos invertir para corregir todos los problemas.
Peor aún, cambios básicos (cosas que normalmente haríamos en 5 minutos y sin cobrar) ahora toman una hora o más. Y le vamos a cobrar por cada una de esas horas. ¿Ese sitio web “barato”? Ya no es tan barato. De hecho, no es raro que ese tipo de sitios le termine costando más del DOBLE del precio original en solo un par de años.
La Experiencia No es un Producto Genérico
Existe el mito de que todo en internet debería ser gratis o casi gratis. Pero cuando hablamos de sitios web, anuncios, SEO y branding, no está comprando un producto: está comprando mano de obra y experiencia.
¿Confiaría en alguien sin experiencia en plomería para arreglar una fuga en casa de un cliente? Claro que no.
Pues lo mismo aplica para construir y manejar su presencia en línea. Nosotros reparamos trabajos baratos cada semana. Y sí, nos pagan por hacerlo, pero preferiríamos que lo haga bien desde el principio.
Reflexión Final
Si solo se lleva una cosa de todo esto, que sea esta: económico es excelente, barato es un pozo sin fondo.
Cuando uno tiene un negocio, cada peso cuenta, pero eso no significa que debe apretarlos todos. Piense a largo plazo. Esta es una de las razones por las que los ricos se hacen más ricos: piensan en el costo total a 5 años, no a 5 días. Así terminan gastando menos en total y se quedan con más dinero en el bolsillo. Invierta con inteligencia. Y no deje que unos 6 centavos al día se conviertan en una fuga constante de dinero.
